domingo, 14 de marzo de 2010

Miguel Delibes

Nos ha dejado uno de los más grandes autores del siglo XX; el escritor castellano más emblemático, por su obra literaria y por su amor a Castilla, sus campos y su gente.
Murió como vivió, en su tierra y rodeado de los suyos; en la humildad del silencio y la sencillez.
En Miguel Delibes, su obra y su pensamiento van de la mano, unidos por una coherencia que no siempre fue fácil de mantener. Como él mismo dijo, “Mi vida de escritor no sería como es si no se apoyase en un fondo moral inalterable. Ética y estética se han dado la mano en todos los aspectos de mi vida”.

Sus novelas, artículos periodísticos, crónicas de viaje… su obra, configuran un fiel retrato de los paisajes y la gente de Castilla, de su amor por la naturaleza y de las personas sencillas.
Comenzó como caricaturista en el “Norte de Castilla”, diario vallisoletano decano de la prensa diaria española. Desde este periódico desarrolló su carrera periodística, que le condujo a convertirse en su director, en 1958.
A lo largo su extensa trayectoria literaria resultó galardonado, entre otros, con el Premio Nacional de Literatura y de las Letras, el Príncipe de Asturias y el Cervantes.
Delibes fue también un amante del deporte, sobre todo del fútbol, influencia que puede observarse también en varios de sus escritos.

Su amor por el Real Valladolid le convirtió en el aficionado más famoso de cuantos tiene el club pucelano por el mundo. Los que le conocieron de niño admiraban su podrigiosa memoria futbolera, en especial para recordar el once de cada temporada del Valladolid y los detalles más insospechados de cada uno de sus jugadores. Suyo es este particular axioma futbolístico: "El equipo que después de perder en casa visita a otro que viene de ganar fuera, si no se alza con el triunfo sumará al menos uno de los puntos en litigio".
(Fuente: diario Marca).



Algunas de sus obras más importantes son:

La sombra del ciprés es alargada (1947). Premio Nadal.
El camino (1950).
Diario de un cazador (1955). Premio Nacional de Literatura.
La hoja roja (1959). Premio de la Fundación Juan March.
Las ratas (1962).
Cinco horas con Mario (1966).
Los santos inocentes (1982).
El hereje (1998). Premio Nacional de Literatura.

Nos ha dejado uno de los castellanos más ilustres, pero su recuerdo permanecerá eternamente vivo en su obra, fiel reflejo de su pensamiento, de su vida.

2 comentarios:

  1. Echo de menos La Hoja Roja... un gran libro, sin duda uno de los mejores que he leído...

    Un beso,

    Silvia.

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  2. Gracias, Silvia, por tu visita al blog. Tomo nota y actualizo la entrada con la inclusión de "La Hoja Roja" entre las grandes obras de este extraordinario autor. Un beso.

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