Diez años surcando los mares de la fantasía… resistiendo las tormentas y obstáculos… descubriendo nuevas tierras llenas de magia… compartiendo tesoros en forma de reseñas, artículos… las dulces páginas de “Imaginarios”... El barco de “Espada y Brujería” se mantiene firme, contra viento y marea, con rumbo firme y una tripulación fuerte, ansiosa por encontrar nuevos mundos, por seguir descubriendo los tesoros escondidos en los mapas de la fantasía, donde habitan los sueños que muchos compartimos.
En estos momentos, recuerdo con gran cariño el primer día en que vislumbré este barco, cargado de ilusiones y deseos que se han cumplido y siguen cumpliéndose. “Te atraparán”, me dijeron algunos. Y, efectivamente, como si de un dulce canto de sirenas se tratara, la melodía de fantasía me condujo a la escalinata y no tuve más remedio que subir a esta embarcación capitaneada por excelentes guías que han hecho (y continúan haciendo) que el viaje sea tan delicioso como lo son los destinos a los que nos han conducido.
Gracias a ellos he descubierto esas tierras que antes se veían tan lejanas, como islas que la bruma se empeñaba en ocultar a mi paso. Por eso, por abrirnos los cofres que guardan mágicos universos y darnos las llaves de esos incalculables tesoros, gracias y felicidades.
Diez años surcando los mares de la fantasía, como si del “Holandés Errante” se tratara: diez años sin tocar tierra. En este caso, no se trata de una maldición… No hay lugar en el que retener la embarcación. El viaje continúa.
En estos momentos, recuerdo con gran cariño el primer día en que vislumbré este barco, cargado de ilusiones y deseos que se han cumplido y siguen cumpliéndose. “Te atraparán”, me dijeron algunos. Y, efectivamente, como si de un dulce canto de sirenas se tratara, la melodía de fantasía me condujo a la escalinata y no tuve más remedio que subir a esta embarcación capitaneada por excelentes guías que han hecho (y continúan haciendo) que el viaje sea tan delicioso como lo son los destinos a los que nos han conducido.
Gracias a ellos he descubierto esas tierras que antes se veían tan lejanas, como islas que la bruma se empeñaba en ocultar a mi paso. Por eso, por abrirnos los cofres que guardan mágicos universos y darnos las llaves de esos incalculables tesoros, gracias y felicidades.
Diez años surcando los mares de la fantasía, como si del “Holandés Errante” se tratara: diez años sin tocar tierra. En este caso, no se trata de una maldición… No hay lugar en el que retener la embarcación. El viaje continúa.
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